La micromovilidad en Europa tiene un enorme potencial de mercado. Esta es la conclusión a la que se llegó en un reciente estudio realizado por la asesoría de empresas McKinsey & Co. Para ser más precisos, las E-Scooters, las E-Bikes y los patinetes eléctricos son un gran negocio y en el futuro, esto representará un aumento de la propia industria. El mercado mundial tiene un valor de hasta 500.000 millones de dólares. «El negocio de la denominada micromovilidad está en auge en las ciudades» dice McKinsey & Co.
¿Por qué motivo experimenta la micromovilidad un boom?
«Dos factores explican el boom actual», explica Kersten Heineke, socio de la oficina McKinsey en Frankfurt y coautor del estudio. «A los usuarios les gusta esta forma de movilidad económica e intuitiva, sobre todo porque los patinetes eléctricos y similares suelen ser el medio de transporte más rápido en las ciudades.» Y el mercado es extremadamente atractivo por esta sola razón, ya que el coste de un patinete eléctrico se compensa después de unos tres meses de la adquisición. Los inversores de todo el mundo ya han invertido casi seis mil millones de dólares en la puesta en marcha de la micromovilidad.
El tráfico habitual de las ciudades es lento
«Más de un cuarto de la población mundial vive en ciudades de más de un millón de habitantes», dice Florian Weig, también coautor del estudio. Sin embargo, la velocidad media a la que la gente se mueve en las ciudades no superaría los 15 km/h. «La micromovilidad puede ser una solución aquí, pero no siempre ni en todas partes», dice Weig. Poco menos del 60 por ciento de los desplazamientos dentro de las ciudades son de menos de ocho kilómetros, lo que los hace aptos para E-Scooters, bicicletas eléctricas o patinetes eléctricos. El mal tiempo es el único que podría representar un obstáculo, aparte de la oferta de productos y la aceptación del cliente.
Marco legal unitario de condiciones para la micromovilidad
«Para promover esta oferta, es preciso que en Europa se establezca un marco legal unitario de condiciones para todas las formas de micromovilidad. Además, las ciudades y los proveedores deben trabajar mano a mano», dice Kersten Heineke. Sólo entonces sería posible hacer del patinete eléctrico y similares el medio de transporte más importante para el último tramo de nuestros desplazamientos, por ejemplo desde la estación de metro hasta nuestro destino final.